14 de Febero con el Papa en México. Día especial. Día de dicotomía: Estado y ciudad. Misa multitudinaria y visita exclusiva. Aire libre y hospital. Salud y enfermedad. Adultos y niños. Francisco estuvo en dos escenarios muy distintos, pero nos habló con la misma franqueza y certeza para siempre buscar a Dios en todas partes y circumstancias.
Misa de Ecatepec: Vencer la tentación
El Papa en su homilía se refirió al pasaje del evangelio que cuenta que Jesús se había apartado al desierto por 40 días y fue tentado insistentemente por el Demonio. Un millar de gente nos apartamos ayer domingo a un campo en el Estado de México y Francisco, sin pelos en la lengua, dijo que la Cuaresma es un “tiempo para desenmascarar esas tres grandes formas de tentaciones que rompen, dividen la imagen que Dios ha querido plasmar”. Esas son:
1. La riqueza de este mundo que nos tienta aprovechar y acaparar. El Papa condenó que el pan que le damos de comer a nuestros hijos no puede ser ganado “a base del sudor del otro, o hasta de su propia vida”.
2. La vanidad que nos hace descalificar o juzgar a otros porque «no son como uno».
3. El orgullo que nos hace sentirnos superiores a los demás.
En Ecatepec Francisco dejó claro que es “tiempo para ajustar los sentidos, abrir los ojos frente a tantas injusticias que atentan directamente contra el sueño y proyecto de Dios” .
Hospital de Niños: Impartir bendición
Luego de celebrar una misa multitudinaria, Francisco volvió a la Ciudad de México para visitar exclusivamente a los niños enfermos del Hospital Infantil “Federico Gómez”. También allí se refirió a “un pedacito en el Evangelio que nos cuenta la vida de Jesús cuando era niño” y fue presentado a Simeón en el Templo. Francisco se comparó al anciano Simeón (no sólo por edad, el mismo bromeó) sino por la necesidad de agradecer y de bendecir que sintió al cruzar la puerta del Hospital. Francisco impartió una bendición especial y emotiva. Agradeció el recibimiento y el esfuerzo de tantos que ayudan a que los niños se recuperen rápido, especialmente: “a todas las personas que no sólo con medicamentos sino que con «la cariñoterapia» ayudan a que este tiempo sea vivido con mayor alegría”.
En el Hospital de Niños Francisco no ignoró que hay momentos difíciles cuando la salud no nos acompaña. Pero dejó claro que quien está preocupado y angustiado necesita del cariño de los profesionales- no sólo de la ciencia- y, sobretodo, de la compañía y protección de Jesús y de María– que está aquí y es nuestra madre.
¿Qué haríamos sin esta dirección y guía de Francisco que nos indica el punto de paz y salud interior a pesar de las dificultades externas y físicas? En el día del Amor y la Amistad el Papa nos dejó muy claro que la vida no es de puras flores ni de color rosa. Por eso insistió en el cariño, la oración y la bendición para superar la enfermedad y vencer la tentación.
Y así fue la mañana y fue la tarde: Éste fue el día tercero.